¿El clima deja de COPar?

🪐 Pakistán y Afganistán, todavía sin paz, el Tren de Aragua, presente en España, y militares contra osos en Japón.

In partnership with

Desde nuestra órbita, una mirada al mundo.

El 10 de noviembre de 2002, se celebró por primera vez el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, instaurado por la UNESCO en 2001 tras la Conferencia Mundial sobre la Ciencia de 1999 en Budapest. Participaron 1.800 delegados de 155 países, más de 60 organizaciones internacionales y 80 ministros de ciencia y tecnología. Poco más de dos décadas después, comienza la COP30 en Brasil, la mayor conferencia global sobre cambio climático, tema central del eje de hoy.

Hoy, además, vamos a contarte:

  • Pakistán y Afganistán, todavía sin paz; 

  • El Tren de Aragua, presente en España;

  • Militares contra osos en Japón.

Y mucho más.

Vas a informarte sobre todo esto en menos de 10 minutos.

EJE CENTRAL

¿El clima deja de COPar?

En unos pocos segundos…

  • Belém, diez años después. La COP30 reúne a casi 200 países en Brasil, una década después del Acuerdo de París, con el objetivo de convertir los compromisos climáticos en acción concreta. Llega en un contexto de fatiga política, financiamiento insuficiente y crecientes tensiones entre los desarrollados y los países rezagados.

  • El clima pierde centralidad. Con Estados Unidos fuera del Acuerdo y Europa ajustando su gasto verde, la agenda climática se volvió una disputa económica: quién paga la transición, cómo se financia y quién asume los sacrificios. China busca capitalizar el vacío con su liderazgo tecnológico y su narrativa de “crecimiento verde”.

  • América Latina ante la transición. Brasil intenta reposicionar el multilateralismo climático desde el Sur y proyectar liderazgo regional. La COP en la Amazonia vuelve a poner a la región en el mapa de la diplomacia ambiental, mientras Argentina equilibra compromisos internacionales con la protección de su matriz productiva.

¿Qué pasó?

La COP30 se celebra en la ciudad de Belém, en el estado de Pará (Brasil), del 10 al 21 de noviembre de 2025. El encuentro reúne a casi 200 países miembros de la United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC) con el objetivo declarado de “pasar de la planificación a la acción” en materia climática. Entre otros, participarán el Secretario General de la ONU Antonio Gutiérrez, la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen, el primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron.

El contexto es particularmente exigente: se cumple el décimo aniversario del Acuerdo de París (2015) y los informes científicos advierten que aún se está lejos de cumplir los objetivos establecidos, como por ejemplo, la meta de 1,5 °C de calentamiento. Al mismo tiempo, la elección de Belém, en el Amazonas, brinda un simbolismo fuerte: proteger los bosques tropicales, convertirlos en parte de la solución, y reactivar el multilateralismo climático.

Sin embargo, también emergen tensiones: las diferencias entre países desarrollados y en desarrollo sobre financiación, asistencia, responsabilidades históricas y cronogramas de acción siguen vigentes. Asimismo, la logística de la sede (precios de alojamiento, infraestructura, inclusión de delegados) genera críticas sobre la accesibilidad y legitimidad del proceso.

¿Qué es la COP?. La COP es la conferencia anual de la ONU sobre el cambio climático. La primera cumbre se llevó a cabo en 1995 en Berlín. Reúne a casi todos los países del mundo para negociar la respuesta multilateral al cambio climático y supervisar el progreso realizado. Este año se hace una nueva ronda de revisión de los planes nacionales de reducción de emisiones. Presentar estos planes es posiblemente la tarea más importante a la que se enfrentan los gobiernos antes de la COP30.

  ¿Por qué importa?

• El clima como prioridad en declive y tablero geopolítico. La agenda climática llega a Belém en un momento de repliegue político. En su primer día de mandato, Donald Trump volvió a retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París y recortó drásticamente la cooperación internacional en materia ambiental. Otros países desarrollados —como Reino Unido, Francia y Alemania— también han reducido su presupuesto de ayuda. Este desinterés global deja al clima en un segundo plano, mientras China busca consolidar su liderazgo tecnológico verde, y Estados Unidos deja un vacío de liderazgo que nadie parece dispuesto a ocupar. 

• La cuestión económica: quién paga y cómo se financia. El eje central ya no es científico sino financiero. Los países en desarrollo reclaman fondos y plazos más flexibles para adaptarse al cambio climático, mientras las potencias insisten en involucrar al sector privado y en mantener reglas de mercado. La llamada “transición justa” exige inversiones millonarias en energía, transporte y agricultura, pero con retornos inciertos. En este contexto, la COP 30 se centra en avanzar en la Hoja de Ruta Bakú–Belém, que busca movilizar U$S 1,3 mil millones anuales en financiación climática hasta 2035, aunque sin garantías de cumplimiento efectivo.

• Brasil y el intento de revertir la inercia. Tras las cumbres deslucidas de Dubái y Azerbaiyán, que dejaron frustración por la falta de resultados concretos, Brasil intenta recuperar protagonismo y darle “ritmo propio” a la agenda climática desde los países en desarrollo. Belém, en plena Amazonia, combina simbolismo ambiental con desafíos logísticos y organizativos que han opacado parte del mensaje político. Aun así, el objetivo brasileño es mantener vivo el marco multilateral, mostrando capacidad de mediación entre potencias y países en desarrollo. 

¿Cómo impacta?

• A nivel global, el impacto inmediato de la COP30 será más político y discursivo que ambiental. No se esperan decisiones estructurales ni nuevos compromisos de reducción de emisiones con efecto real en el corto plazo. Las cumbres climáticas han pasado de ser foros de negociación a convertirse en espacios de gestión de expectativas: sirven para mantener activa la agenda, dar señales a los mercados e incentivar alianzas tecnológicas o de inversión, pero no para producir cambios verificables. El foco estará en tres planos:

  • La financiación —seguir construyendo instrumentos para canalizar capital hacia energías limpias, pero sin resolver aún la brecha entre promesas y desembolsos efectivos.

  • La gobernanza global —mantener vivo el Acuerdo de París como marco de referencia, aunque su capacidad de enforcement sea casi nula.

  • La narrativa política —proyectar liderazgo para Brasil y mostrar compromiso ambiental sin comprometer el crecimiento.

• En América Latina. La región ha albergado cuatro COPs (Buenos Aires 1998, Buenos Aires 2004, Cancún 2010 y Lima 2014). La conferencia refuerza la posibilidad de que América Latina tenga una voz mayor que de costumbre en discursos sobre la transición energética (por ejemplo, a través de bosques, biodiversidad, energías limpias). Asimismo, el Acuerdo Mercosur‑UE puede recibir dinámicas adicionales, teniendo en cuenta que es la regulación medioambiental la principal traba a las negociaciones.

• En Argentina, la COP30 llega en un contexto escéptico respecto a ciertos discursos sobre cambio climático y cuestionamiento de marcos internacionales. A diferencia de otros gobiernos, en los que asistía el presidente a las COP, actualmente se envía a algunos pocos perfiles técnicos. En este escenario, Argentina debe calibrar entre: 1) cumplir sus compromisos internacionales para no afectar el ingreso a mercados y la atracción de inversiones; 2) proteger su modelo productivo (agropecuario, energía); y 3) aprovechar las oportunidades sectoriales (servicios, energías verdes, litio), tecnológicas y de financiamiento que ofrece la transición global.

¿Cómo sigue?

  • La COP transcurrirá hasta el 21 de noviembre.

  • Se espera la publicación del informe del “Global Stocktake” para actualizar colectivamente el estado del cumplimiento del Acuerdo de París.

  • Publicación y presentación de nuevas o revisadas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDCs) de varios países, incluida la Argentina, junto con seguimiento de la tecnología, adaptación, y protección de ecosistemas críticos (por ejemplo, bosques).

Nuestra mirada en Órbita:

Durante la última década, el cambio climático pasó de ocupar el centro de las preocupaciones globales a perder protagonismo frente a temas como la seguridad, los conflictos armados, la migración o el desarrollo económico. En 2021, el 75 % de los encuestados en el Edelman Trust Barometer identificaba al cambio climático como la principal amenaza existencial. En 2024, esa cifra cayó a menos del 50 %, desplazada por temores vinculados a la guerra en Ucrania, la rivalidad entre Estados Unidos y China, y la inflación global. El presupuesto militar mundial superó por primera vez los 2,4 billones de dólares, mientras que la inversión climática pública se estancó. Este corrimiento del eje refleja un regreso a un patrón regular de preocupación ambiental, similar al del siglo XX, cuando la degradación ecológica coexistía con la lógica del crecimiento y la competencia internacional.

Hoy, el debate no gira en torno a si el cambio climático es real, sino al grado de responsabilidad humana y al costo de enfrentarlo. En encuestas recientes del Pew Research Center, más del 70 % de los europeos y latinoamericanos reconocen que el cambio climático es un problema, pero menos del 40 % está dispuesto a pagar impuestos más altos o modificar sus hábitos de consumo para mitigarlo. La discusión se traslada entonces a cuánto deben afectar las políticas verdes los estándares de vida, y qué papel podrían tener las nuevas tecnologías —desde la captura de carbono hasta la fusión nuclear— en reducir emisiones sin exigir sacrificios inmediatos. Esta expectativa tecnológica pospone decisiones estructurales y alimenta la idea de que la adaptación puede esperar, un discurso cada vez más extendido en economías en desarrollo.

Sin embargo, el tema climático no desaparece del todo: sigue pesando en las negociaciones comerciales y en los estándares empresariales. El acuerdo Mercosur–Unión Europea o el ingreso a la OCDE incluyen estándares climáticos. Del mismo modo, los fondos de inversión aplican criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) que, aunque más cuestionados que antes, aún condicionan el acceso al crédito e inversiones. En suma, el cambio climático dejó de ser el principal prisma desde el cual se juzga el futuro global, pero continúa siendo una variable relevante en la economía y la diplomacia contemporánea.

VUELTA AL MUNDO

🇵🇰 🇦🇫 Las conversaciones de paz entre Pakistán y Afganistán en Estambul concluyeron sin acuerdo. Las conversaciones buscaban frenar los enfrentamientos fronterizos que en las últimas semanas dejaron decenas de muertos, luego de que Kabul acusara a Islamabad de ataques con drones. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció que enviará una misión diplomática a Pakistán para intentar reactivar el alto el fuego y evitar una nueva escalada.

🇮🇱 🇱🇧 Israel lanzó nuevos ataques en el sur del Líbano contra posiciones de Hezbolá, pese al alto el fuego vigente desde noviembre. El primer ministro israelí había advertido que intensificaría la ofensiva si Beirut no desarmaba al grupo. Los bombardeos reavivan el riesgo de una nueva escalada en la frontera norte israelí.

🇸🇦 🇺🇸 Arabia Saudita endureció su postura sobre un posible acercamiento a Israel antes de la visita del príncipe heredero Mohammed bin Salman a Washington. Trump busca que Riad normalice lazos con Israel, pero el reino lo supedita a una hoja de ruta hacia un Estado palestino. La reunión del 18 de noviembre apunta a sellar un nuevo pacto de defensa bilateral que refuerce la cooperación militar, mientras Riad intenta mantener su autonomía estratégica y equilibrar su relación con China.

🇪🇸 Las fuerzas de seguridad españolas detuvieron a trece personas vinculadas al grupo criminal venezolano Tren de Aragua, durante un amplio operativo en varias ciudades. La organización es considerada una de las redes delictivas más violentas de América Latina y mantiene presencia en Europa.

🇭🇺 🇷🇺 Estados Unidos concedió a Hungría una exención de un año a las sanciones por la compra de petróleo y gas rusos, tras la reunión entre Trump y Orbán en la Casa Blanca. El acuerdo busca reducir gradualmente la dependencia energética húngara de Moscú, a cambio de que Budapest compre gas licuado estadounidense por unos U$S 600 millones.

GRAVITANDO EN AMÉRICA LATINA

🇧🇷 El Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó por unanimidad las últimas apelaciones de Jair Bolsonaro y confirmó la condena de 27 años de prisión por intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. El fallo, rubricado por el juez Alexandre de Moraes, calificó al expresidente como “líder de una organización criminal”. Bolsonaro comenzará a cumplir la pena una vez agotadas todas las instancias.

🇧🇴 Rodrigo Paz asumió este sábado como presidente de Bolivia tras imponerse en la segunda vuelta de octubre. En un contexto de crisis económica y escasez de divisas, prometió un modelo de “capitalismo para todos” con créditos blandos y rebajas arancelarias a la tecnología. Asistieron los mandatarios de Argentina, Chile, Ecuador, Uruguay y Paraguay, junto a representantes europeos y estadounidenses.

🇺🇸 🇻🇪 El Senado estadounidense rechazó una resolución que exigía la aprobación del Congreso para cualquier acción militar contra Venezuela. El debate marca la segunda derrota en un mes para quienes buscan limitar las facultades presidenciales sobre el uso de la fuerza.

FUERA DE ÓRBITA

Tropas contra Osos en Japón

En Japón se ha desencadenado una crisis inusual de ataques de osos: desde abril se han registrado más de 100 agresiones y al menos 12 personas han muerto, según el ministerio de Medio Ambiente. En la prefectura de Akita Prefecture, uno de los focos más afectados, los avistamientos de osos han aumentado seis veces, superando los 8.000 este año. Frente a esta ola de agresiones, el gobierno japonés desplegó tropas de autodefensa en la ciudad de Kazuno para colaborar en la instalación de trampas con barras de acero para capturar osos y asistir a los cazadores locales, aunque los soldados no están autorizados a disparar. Este escenario tiene paralelos en otras partes del mundo. En Eslovaquia, por ejemplo, se aprobaron medidas para sacrificar hasta 350 osos pardos tras un nuevo ataque mortal, mientras que China está desarrollando un sistema de inteligencia artificial para prevenir conflictos osos-humanos. Estas olas de ataques reflejan una combinación de factores: mayor población de osos, escasez de alimentos naturales (como bellotas o hayas), y despoblación rural que reduce la vigilancia tradicional. En Japón, el caso más dramático muestra ataques dentro de supermercados, estaciones de bus e incluso en resorts de aguas termales. 

GRÁFICO DEL DÍA

La nueva carrera nuclear del Siglo XXI

En 2025, Rusia y Estados Unidos concentran más del 85 % de las ojivas nucleares del planeta: más de 5.000 cada uno. China acelera su expansión atómica, mientras potencias menores como India, Pakistán o Corea del Norte mantienen un número limitado de armamento nuclear. El desarme, una promesa cada vez más lejana.

PROGRAMA DE REFERIDOS

Read newsletters, not spam

Tired of newsletters vanishing into Gmail’s promotion tab — or worse, being buried under ad spam?

Proton Mail keeps your subscriptions organized without tracking or filtering tricks. No hidden tabs. No data profiling. Just the content you signed up for, delivered where you can actually read it.

Built for privacy and clarity, Proton Mail is a better inbox for newsletter lovers and information seekers alike.

¿Hay algo que te gustaría comentar o debatir?
Escribinos a [email protected]

¿Alguien te reenvió este correo?
Empezá a recibirlo vos también
Hasta la próxima vuelta 🪐