Juego de Drones

🪐 La salida de Elon Musk del gobierno de Trump; Colombia entra al Consejo de Seguridad y sobre una apuesta nuclear de Meta.

Desde nuestra órbita, una mirada al mundo.

El 5 de junio de 1944, más de mil bombarderos de la Fuerza Aérea Británica lanzaron 5,000 toneladas de bombas contra posiciones alemanas en la costa de Normandía, preparando el terreno para la invasión terrestre del “Día D”, que ocurriría al día siguiente. Hoy, la guerra ha cambiado radicalmente. Con más de 100 drones kamikazes de bajo costo, Ucrania logró infligir un daño significativo miles de kilómetros dentro del territorio ruso. Sobre este ataque y el impacto de los drones en el conflicto hablaremos en el eje central del día de hoy.

Hoy, además, vamos a contarte:

  • La salida de Elon Musk del gobierno de Trump;

  • Colombia entra al Consejo de Seguridad;

  • La apuesta nuclear de Meta;

Y mucho más.

Vas a informarte sobre todo esto en menos de 10 minutos.

VUELTA AL MUNDO

🇰🇷 El progresista Lee Jae-myung ganó las elecciones presidenciales en Corea del Sur con una ventaja de 12 puntos. Aunque moderó su discurso durante la campaña, su historial sugiere un posible acercamiento estratégico a China.

🇳🇱 El primer ministro neerlandés Dick Schoof renunció luego de la salida de su socio Geert Wilders, tras el colapso de su coalición por desacuerdos sobre política migratoria. La caída del gobierno liderado por el Partido por la Libertad (PVV) desatará elecciones anticipadas.

🇮🇱 🇵🇸 Gaza reportó decenas de muertos por disparos cerca de centros de ayuda. Israel niega acusaciones y dice haber respondido a varios “sospechosos”, mientras la ONU criticó duramente el nuevo sistema de distribución respaldado por EE.UU. e Israel.

🇬🇧 El Reino Unido presentó una nueva estrategia de defensa para convertir su ejército en “diez veces más letal”. El plan incluye inversiones en inteligencia artificial, drones y sistemas de misiles. El gobierno ya anunció un aumento del gasto militar del 2,3 al 2,5 % del PBI para 2027.

GRAVITANDO EN AMÉRICA LATINA

🇨🇴 Colombia fue elegida miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU para el período 2025–2026. La Cancillería celebró el resultado como un respaldo internacional a la política exterior del gobierno de Petro. Junto a Panamá, serán los únicos países latinoamericanos en el Consejo hasta el próximo año.

🇨🇱 Gabriel Boric defendió en el Congreso su agenda de descarbonización y cuestionó el rol de Israel en Gaza. El discurso fue recibido con aplausos desde el oficialismo y críticas desde sectores de la oposición y de la comunidad judía.

🇲🇽 Luego de las elecciones, el partido oficialista MORENA logró avanzar en su plan para controlar la Corte Suprema. La reforma judicial impulsada por AMLO y Sheinbaum genera preocupación por la separación de poderes y la independencia del sistema judicial.

EJE CENTRAL

Juego de drones

En unos pocos segundos…

  • Golpe sin precedentes: Ucrania atacó bases aéreas rusas con más de 100 drones kamikazes, destruyendo 41 aeronaves, incluidos algunos con capacidad nuclear.

  • La guerra se abarata: Con drones de menos de US$ 400, Ucrania inutilizó equipos rusos valuados en más de 100 millones. Esto demuestra que la innovación y la producción descentralizada pueden neutralizar los millones invertidos por los Estados en defensa.

  • Nuevo equilibrio estratégico: El uso masivo de drones está redefiniendo doctrinas militares en todo el mundo. Ucrania ya entrena aliados y países como EE.UU., Israel y Francia ajustan sus defensas. América Latina, en cambio, sigue rezagada.

¿Qué pasó?

El domingo, Ucrania llevó la Operación Telaraña. Más de 100 drones kamikazes —muchos ensamblados clandestinamente dentro de Rusia— impactaron bases aéreas estratégicas tan profundamente en el territorio ruso como en Siberia Oriental, a más de 4000 km de la frontera con Ucrania Los drones destruyendo hasta 41 aeronaves, incluidos bombarderos con capacidad nuclear.

Sin embargo, lo más disruptivo no fue la escala del daño, sino el modo de ejecución: muchos de los drones habrían sido introducidos gradualmente en territorio ruso durante más de un año, ocultos en camiones, ensamblados clandestinamente y activados desde dentro del país. A través de esos pequeños drones de no más de U$S 400 cada uno, Ucrania logro destruir bombarderos de más de 100.000.000 de dólares cada uno, muchos de los cuales son difíciles que Rusia repare por las sanciones que enfrenta.

La operación se inscribe en un contexto de sofisticación creciente del aparato bélico ucraniano, cuyo núcleo reside en una amplia flota de drones con visión en primera persona (FPV). Estos sistemas, ensamblados a bajo costo con componentes comerciales, han causado hasta el 80 % de las bajas rusas en el frente y son producidos en cantidades industriales, estimándose una capacidad de fabricación de 200.000 drones FPV al mes. Esta arquitectura de guerra no tripulada ha permitido a Ucrania mantener sus posiciones aún en contextos de escasez de artillería convencional.

¿Por qué es importante?

Se redefine la economía de la guerra: La “Operación Telaraña” evidenció una transformación estructural en la lógica del conflicto armado, donde la supremacía tecnológica ya no depende del gasto militar absoluto, sino de la capacidad de adaptación operativa y producción eficiente. Ucrania logró inutilizar una parte crítica de la aviación estratégica rusa con drones de bajo costo, ensamblados con piezas civiles y en muchos casos financiados mediante campañas de micromecenazgo ciudadano. La saturación por volumen reemplazó a la potencia individual, donde la relación de daño por costo se estimó en hasta 1:100.000.

Fin de la asimetría entre grandes y pequeños Estados: El dron democratizó el acceso al poder aéreo. Lo que antes requería una infraestructura militar compleja y costosa, hoy puede lograrse con plataformas comerciales, impresión 3D, software libre y voluntariado técnico. Este avance tecnológico le permite a actores medianos y pequeños, tanto estatales o subestatales, sin historial industrial o presupuestos de defensa significativos, construir sistemas de combate capaces de competir con potencias mayores.

Una herramienta de disuasión estratégica: La elección del momento, apenas 24 horas antes de una reunión en Estambul, revela que el ataque no fue solo táctico, sino también diplomático. Kiev buscó mostrar que no está negociando desde una posición de debilidad. Al golpear con precisión quirúrgica y sin intervención extranjera directa, Ucrania le recordó al Kremlin que aún puede modificar el campo de batalla. Así, alteró la ecuación estratégica que hasta ahora sostenía Putin: sobrevivir, desgastar y esperar. Ahora, Rusia enfrenta la posibilidad de que su propio tiempo se esté agotando.

¿Cómo impacta?

A nivel global: La experiencia ucraniana está generando que varios miembros de la OTAN ya entrenan con instructores ucranianos en guerra no tripulada. Turquía ya es uno de los principales productores de drones en el mundo. Estados Unidos lanzó programas para adquirir enjambres de drones de bajo costo, fabricados por startups. Israel reformuló su arquitectura defensiva en Gaza tras observar la capacidad de saturación de ataques con drones maniobrables. Francia y Alemania consideran ahora a los sistemas antidrones una prioridad de seguridad nacional. A escala internacional, este modelo es escalable y replicable, pero para muchos países de gran dependencia de productos de electrónicos producidos en China.

En América Latina y Argentina: Por un lado, algunas organizaciones criminales ya han incorporado drones a sus arsenales, empleándolos para vigilancia y transporte de estupefacientes, sin que los Estados cuenten con capacidades antidrones ni marcos regulatorios adecuados. Por otro, la región permanece rezagada en el desarrollo doctrinal y tecnológico de defensa no tripulada, lo que incrementa su vulnerabilidad en un sistema internacional que ya ha incorporado estos vectores como estándar de disuasión y combate. Sin inversión, coordinación y regulación, América Latina corre el riesgo de que los drones no fortalezcan su seguridad, sino que profundicen su fragmentación.

¿Cómo sigue?

Después de las conversaciones en Estambul, Rusia y Ucrania acordaron un intercambio de prisioneros enfermos, heridos y menores de 25 años, aunque las negociaciones dejaron en evidencia profundas diferencias sobre el fin del conflicto. Zelensky rechazó una tregua limitada y propuso un alto el fuego solo si se convoca una cumbre de líderes. Por su parte, Trump afirmó que, tras comunicarse con Putin, el presidente ruso descartó una reunión inmediata y advirtió que responderá a los recientes ataques ucranianos. Mientras tanto, Turquía busca impulsar una cumbre con Zelensky, Putin y Trump para avanzar en la resolución del conflicto.

 El Kremlin podría verse tentado a restaurar su credibilidad por vías más drásticas, incluso contemplando el uso de armas nucleares tácticas.

Nuestra mirada en Órbita:

Una frase atribuida, quizás erróneamente, a Churchill sostiene que los generales siempre se preparan para la guerra pasada. La advertencia es que los planificadores militares tienden a mirar hacia atrás, mientras el verdadero desafío está en anticipar lo que viene. Solo quienes entienden las dinámicas, tecnologías y amenazas del futuro logran marcar una diferencia real en el campo de batalla.

La guerra en Ucrania es un ejemplo de esa anticipación. No por el uso de drones como tal, que ya había sido extensamente explorado por potencias como Estados Unidos en Medio Oriente, sino por cómo Ucrania los adaptó a sus propias condiciones. Con recursos limitados, desarrolló una arquitectura bélica descentralizada basada en drones pequeños, baratos y manejados en primera persona. Esta estrategia convirtió el frente en una red de vigilancia, ataque y disuasión permanente. La Operación Telaraña fue una muestra de esta evolución: una acción quirúrgica, diseñada con inteligencia, ensamblada en secreto y ejecutada desde dentro del territorio enemigo. Fue tanto un logro militar como un mensaje simbólico. Ucrania demostró que, incluso en inferioridad económica y sin superioridad aérea convencional, puede golpear con fuerza, resistir el desgaste y tomar la iniciativa.

Para Moscú —como para el resto del mundo—, el golpe fue una advertencia. Ya no hay lugares completamente seguros. Ni las bases más alejadas en Siberia ni la aviación están fuera de alcance. Y más importante aún, el mensaje implícito es que Ucrania no está derrotada. En un conflicto donde las percepciones son tan importantes como los avances sobre el terreno, eso altera el equilibrio.

La próxima gran transformación ya se está gestando. La inteligencia artificial promete cambiar aún más profundamente la lógica de la guerra. No se trata solo de automatizar tareas, sino de introducir sistemas capaces de identificar objetivos, coordinar ataques, optimizar rutas y adaptarse en tiempo real sin intervención humana. Programas como Replicator del Pentágono, que busca desplegar enjambres de drones autónomos en menos de dos años, muestran que esta revolución está en marcha.

En lo que sigue, Rusia se enfrenta a una disyuntiva. Putin debe optar entre una respuesta contundente —que lleva implícita la asunción de que el ataque ucraniano causó daños serios— o una menor y simbólica. Esta incertidumbre tiene lugar en un momento crucial de las conversaciones de cese al fuego, por lo que cualquier acción puede alterar su curso, e incluso suspenderlo.

FUERA DE ORBITA

La apuesta atómica de Meta

Meta (ex Facebook) acaba de dar un paso audaz al firmar un acuerdo de 20 años con Constellation Energy, el mayor operador nuclear de EE. UU., en medio del creciente consumo eléctrico impulsado por la inteligencia artificial. Aunque la energía no será utilizada directamente por la compañía, será inyectada a la red en su nombre, lo que le permitirá a Meta mantener sus metas de descarbonización mientras su infraestructura tecnológica se expande. El acuerdo también garantiza la continuidad de una planta nuclear en Illinois más allá de 2027 —cuando vencen los subsidios estatales— y permitirá aumentar su capacidad en 30 megavatios. La apuesta por lo nuclear no es exclusiva de Meta: Silicon Valley ve esta fuente como una solución limpia frente a la alta demanda energética de los centros de datos. Microsoft busca reactivar la planta de Three Mile Island y apoya un proyecto de fusión nuclear, Alphabet invierte en reactores modulares, y Donald Trump firmó recientemente órdenes ejecutivas para cuadruplicar la capacidad nuclear del país hacia 2050. La energía atómica vuelve a ocupar un lugar central en la revolución tecnológica, lo que puede ser una importante oportunidad para Argentina.

X-ORBITANTE

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