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La paradoja venezolana: más aislamiento, mismo régimen
🪐 Trump sella un acuerdo comercial con la UE, Argentina alcanza un acuerdo técnico con el FMI y ¿vamos hacia una Pax Geriátrica?

Desde nuestra órbita, una mirada al mundo.
El 28 de julio de 1954, nació Hugo Chávez, quien gobernó Venezuela desde 1999 hasta su muerte en 2013. Durante su mandato impulsó la llamada Revolución Bolivariana, que introdujo profundas reformas políticas, económicas y sociales. Tras su fallecimiento, asumió su vicepresidente Nicolás Maduro. Desde entonces, la calidad democrática del país se ha deteriorado, con Maduro declarándose vencedor en las elecciones de 2018 y 2024, comicios que más de 50 países no reconocieron. A un año de las últimas elecciones, en el eje central de hoy analizaremos la situación actual de Venezuela.
Hoy, además, vamos a contarte:
Trump sella un acuerdo comercial con la Unión Europea;
Argentina alcanza un acuerdo técnico con el FMI;
¿Vamos hacia una Pax Geriátrica?;
Y mucho más.
Vas a informarte sobre todo esto en menos de 10 minutos.
VUELTA AL MUNDO

🇺🇸 🇪🇺 Trump y Von der Leyen se reunieron en Escocia y acordaron un acuerdo comercial. Estados Unidos impondrá aranceles del 15% a la UE a cambio que Europa compre energía de por USD 750 mil millones e invierta USD 600 mil millones. Trump afirmó que el bloque también compraría equipo militar por valor de cientos de miles de millones de dólares.
🇫🇷 🇵🇸 Macron anunció que Francia reconocerá al Estado palestino en la Asamblea General de la ONU en septiembre, convirtiéndose en el primer país del G7 en hacerlo. Mientras crecen las críticas internacionales, Israel anunció que pausará sus operaciones militares 10 horas al día en partes de Gaza y abrirá nuevos corredores de ayuda.
🇹🇭 🇰🇭 Tailandia y Camboya acordaron un alto el fuego incondicional, después de más de cuatro días de enfrentamientos fronterizos. La tregua se alcanzó luego de que Trump condicionara las negociaciones comerciales con EE.UU. a que ambos países pusieran fin a las hostilidades.
🇺🇸🇨🇳 Trump firmó tres órdenes ejecutivas sobre inteligencia artificial y presentó un plan con foco en innovación e infraestructura. Ordenó vetar IA “ideologizadas” en compras públicas, agilizar permisos para data centers y promover exportaciones tecnológicas. En paralelo, China propuso crear una organización internacional para regular la IA, en una nueva disputa por el control tecnológico global.
🇬🇧 Plataformas digitales comenzaron a implementar verificaciones obligatorias de edad en el Reino Unido. Las nuevas normas de seguridad exigen controles estrictos en sitios pornográficos, tras revelarse que un 8 % de niños de 8 a 14 años accedieron a ese contenido en solo un mes.
GRAVITANDO EN AMÉRICA LATINA

🇧🇷 La Corte Suprema de Brasil descartó, por ahora, arrestar a Jair Bolsonaro, pese a acusaciones de violar restricciones sobre redes sociales. Ratificó las medidas impuestas, pero aclaró que no se le prohíbe hablar con la prensa ni dar entrevistas.
🇦🇷 🇺🇸 Argentina iniciará el proceso para ingresar al Programa de Exención de Visas de Estados Unidos, y sería anunciado durante la visita de la secretaria de Seguridad de EE.UU., Kristi Noem. Permitirá a ciudadanos argentinos viajar a Estados Unidos por turismo o negocios hasta 90 días sin visa. En paralelo, el gobierno alcanzó un acuerdo técnico con el FMI para avanzar en la revisión del programa SAF, que incluiría un desembolso de U$S 2.000 millones.
🇵🇪 🇧🇴 Autoridades peruanas incautaron 4 toneladas de mercurio ilegal ocultas en sacos de grava con destino a Bolivia. El cargamento revela una red de contrabando ligada al comercio ilegal de oro en la Amazonía, que contamina gravemente aire, agua y suelos.
EJE CENTRAL
Venezuela maquilla su democracia

En unos pocos segundos…
Elecciones municipales en medio de crisis política y abstención masiva. El 27 de julio, Venezuela realizó elecciones municipales en un clima de tensión y poca participación ciudadana. Maduro sigue en el poder pese a denuncias de fraude y rechazo internacional.
Sanciones internacionales y aislamiento no logran debilitar el régimen de Maduro. Estados Unidos y otros países desconocen el mandato de Maduro y aplican sanciones, pero estas han sido poco efectivas debido al vínculo con Rusia y China, y al control que Maduro mantiene sobre las Fuerzas Armadas.
Un cambio de gobierno en Venezuela sigue siendo improbable sin ruptura del apoyo externo y golpe interno. Aunque la crisis persiste, no se ven grupos opositores fuertes ni señales de una rebelión interna, por lo que una salida voluntaria o un cambio político inmediato parecen muy poco probables.
¿Qué pasó?
Este domingo 27 de julio, Venezuela celebró elecciones municipales para elegir 335 alcaldes y concejos, en un clima de tensión política y apatía ciudadana. La votación ocurre a un año de las presidenciales de 2024, en las que Nicolás Maduro se proclamó ganador con el 51 %, pese a denuncias de fraude de la oposición y el rechazo de más de 50 países que reconocen a Edmundo González Urrutia como vencedor.
En la víspera, el Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, calificó al gobierno de Maduro como una “organización criminal transnacional”, reforzando las críticas internacionales. En este contexto, María Corina Machado, referente opositora y voz crítica del chavismo, afirmó en redes sociales que el oficialismo “volverá a quedarse solo en las urnas”, aludiendo a los episodios de abstención masiva en las presidenciales de 2024 y las regionales de mayo de 2025. Según Machado, el chavismo atraviesa una crisis interna de confianza y “ya no se fían ni entre ellos, se espían, se traicionan, se temen”.
Desde las elecciones de 2024, Venezuela ha atravesado un año de agitación social, represión estatal y aislamiento internacional. Más de 2.000 personas fueron detenidas en protestas que denunciaban fraude y violaciones de derechos humanos, según organizaciones como Human Rights Watch y el Foro Penal. Maduro asumió un tercer mandato el 10 de enero de 2025, en una ceremonia prácticamente ignorada por la mayoría de países de Occidente. Mientras tanto, Edmundo González Urrutia se exilió y continúa siendo reconocido como presidente legítimo por Estados Unidos, Canadá, Argentina y varios países de la región. En medio de una inflación superior al 200 % y una migración que supera los 8 millones de personas, la crisis se vuelve crónica.
¿Por qué importa?
• Un poder que resiste (a la fuerza): A un año de las presidenciales de 2024, Maduro ha reforzado su control institucional y se mantiene en el poder pese a la falta de reconocimiento internacional. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU denuncia detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones, calificando estas acciones como crímenes de lesa humanidad. Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos desconocen su mandato, mientras se multiplican las acusaciones de fraude, censura y represión.
• Conflicto con Estados Unidos por los deportados: Tras un breve período de aparente distensión y incluso enviar un negociador a Caracas, la relación entre Trump y Maduro volvió a tensarse con las deportaciones de migrantes venezolanos desde EE. UU., algunos vinculados al Tren de Aragua. Ante la negativa de Caracas a recibir a varios detenidos, Washington optó por enviarlos a El Salvador o negociar su traslado a países africanos. Marco Rubio y otros aliados de Trump califican a Maduro como un “narco‑dictador” que oprime a su pueblo y amenaza la seguridad de EE. UU. En respuesta, la administración endureció la presión económica, retirando parcialmente las licencias otorgadas a empresas como Chevron.
• El límite del reconocimiento internacional: Aunque Edmundo González es reconocido como presidente electo por EE. UU., Canadá y varios países de la región, ese respaldo, al igual que el que tuvo Juan Guaidó, no logró desplazar a Maduro. Las sanciones internacionales, como en Corea del Norte, Irán o Rusia, afectan más a la población que a los gobernantes. La oposición sigue buscando aliados, reflejado en la reciente gira de González, con una parada clave en Buenos Aires, donde fue recibido por Milei. María Corina Machado insiste en que el chavismo está “aislado” en las urnas y en la diplomacia, pero ese aislamiento aún no se traduce en cambios internos.
¿Cómo impacta?
• A nivel global. Venezuela continúa siendo un tablero de disputa entre grandes potencias, donde se cruzan la retórica de la defensa de la democracia, de no interferencia en asuntos internos y los intereses estratégicos. Para Estados Unidos, Maduro es un desafío directo a su influencia en la región, mientras que China, Rusia e Irán lo respaldan con acuerdos energéticos, militares y tecnológicos. Beijing compra directa o indirectamente 90% del petróleo venezolano. La suspensión de la licencia de Chevron en junio de 2025 evidencia cómo la pugna entre principios democráticos e intereses energéticos condiciona las decisiones de Washington. En paralelo, la crisis migratoria añade un elemento pragmático: Donald Trump ha dejado entrever que podría moderar su postura hacia Maduro si este coopera con la repatriación de migrantes irregulares.
• En América Latina. La crisis venezolana expone fracturas políticas. Gobiernos como los de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Ecuador identifican a Maduro como un dictador aunque con distintos niveles de apoyo a la oposición, mientras que Brasil, México y Colombia mantienen una posición ambivalente, intentando mediar sin romper relaciones. En el otro extremo, Cuba y Nicaragua se mantienen como aliados estratégicos de Caracas, reforzando su apoyo diplomático y logístico. La migración masiva de venezolanos ha generado presión en los sistemas sociales y laborales vecinos, y las deportaciones desde EE.UU., junto con la presencia de bandas criminales, han impulsado medidas más estrictas contra la migración irregular. Además, la disputa por el Esequibo con Guyana, con amenazas y ejercicios militares en 2024, es un foco de conflicto que podría escalar, especialmente por el valor petrolero y gasífero de la zona.
• En Argentina. El presidente Javier Milei se ha posicionado como una de las principales voces contra Maduro en América Latina. Su encuentro con Edmundo González Urrutia en Buenos Aires fue un gesto político fuerte que alineó al país con el eje de apoyo a la oposición venezolana. La comunidad venezolana es una de las más numerosas en Argentina. Según datos del último censo, se registran más de 450.000 venezolanos residiendo en el país, muchos de ellos llegados durante los años de crisis humanitaria. Esta diáspora no solo tiene un peso social y cultural, sino también económico y político.
¿Cómo sigue?
• Las elecciones municipales difícilmente cambiarán el mapa político interno. El chavismo espera mantener su hegemonía territorial y busca recuperar enclaves opositores como Maracaibo o Chacao. Sin embargo, la baja participación y el boicot de la oposición podrían restar legitimidad al proceso.
• A nivel internacional, la presión continuará. Washington evalúa nuevas sanciones y un endurecimiento diplomático, mientras Europa y América Latina seguirán buscando mecanismos de mediación. No obstante, las expectativas de una transición pacífica o un cambio de régimen siguen siendo bajas.
• María Corina Machado lo expresó con un tono desafiante: “Esto va a reventar, porque ya empezó, empezó cuando les ganamos el 28 de julio de 2024, porque se quedaron solos en las urnas”. La oposición venezolana confía en que el aislamiento interno y externo del chavismo se traduzca, tarde o temprano, en un cambio real de poder.
Nuestra mirada en Órbita:
Un cambio de gobierno en Venezuela sigue siendo complicado y poco probable a corto plazo. Aunque la presión internacional, con sanciones y el no reconocimiento del mandato, ha aislado al régimen, la experiencia muestra que estas medidas casi nunca bastan y, a veces, incluso fortalecen al autoritarismo. Por más que algunos hayan fantaseado alguna vez en una intervención militar externa, no es una posibilidad realista. Es costosa, no siempre efectiva y generalmente va contra el derecho internacional, salvo que tenga autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Los pocos casos en que se aprobó un cambio de régimen, como en Haití o Sierra Leona, fueron excepcionales, con autorización bajo el capítulo VII de la ONU, y no son un precedente para Venezuela, que tiene el apoyo de al menos un miembro permanente del Consejo de Seguridad. El apoyo informal a grupos opositores a Maduro no ha podido pasar de aquel a partidos políticos u organizaciones civiles, por el estricto control del régimen.
Por otro lado, lógicamente, las sanciones internacionales no han provocado un cambio en Venezuela por varias razones. Son poco efectivas cuando el país sancionado tiene apoyo de potencias aliadas, como Rusia y China, que le permiten evitar restricciones financieras y comerciales. Además, el régimen de Maduro ha trasladado los costos económicos de las sanciones a la población, mientras mantiene el control de las fuerzas armadas y recursos clave, disminuyendo la presión interna. Las sanciones rara vez cambian gobiernos en situaciones de alta confrontación y poco interés en negociar. Más que debilitar al chavismo, las sanciones lo han aislado sin afectar su poder ni comportamiento.
Hoy, basándonos en casos similares, la única posibilidad de cambio parece ser que China y Rusia dejen de apoyar a Maduro, junto con un golpe interno. Pero esto es difícil de imaginar. Maduro mantiene un fuerte control sobre las fuerzas armadas y los organismos de seguridad, y no hay rivales ni grupos rebeldes visibles. Además, con procesos legales internacionales en curso, parece improbable que Maduro renuncie voluntariamente al poder.
FUERA DE ORBITA
La Paz Geriátrica

Los países con poblaciones más viejas tienden a involucrarse menos en guerras. Esto se debe a que, a medida que la proporción de personas mayores de 65 años crece, disminuye la probabilidad de que un Estado inicie un conflicto armado. Por ejemplo, los países que provocan guerras tienen en promedio solo un 5 % de población mayor a 65 años, que es la mitad del promedio mundial. Este envejecimiento poblacional, que ya casi duplicó su nivel de 1950 para 2021 y se espera que triplique para 2050, también reduce la capacidad económica y militar de los países, limitando sus recursos y su voluntad para sostener guerras. Por ejemplo, Japón verá caer su fuerza laboral un 28 % y China un 23 % entre 2020 y 2050, limitando así la capacidad financiera para sostener guerras. Además, el gasto público en pensiones y salud para adultos mayores aumentará hasta cerca del 25 % del PIB en países desarrollados para 2050, presionando presupuestos y reduciendo la inversión militar. También se reducirá el número de jóvenes aptos para el servicio militar, dificultando mantener fuerzas armadas grandes y efectivas.
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