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Rio de Janeiro Rapido y Furioso
🪐 Trump se reúne con Xi Jinping, Bill Gates se relaja frente al cambio climático y la IA quizás no se esté bebiendo toda el agua del planeta.
Desde nuestra órbita, una mirada al mundo.
El 30 de octubre de 2022, Lula da Silva fue electo presidente de Brasil por tercera vez, con el 50,9% de los votos frente al 49,1% de Jair Bolsonaro. Ante la estrecha diferencia, Bolsonaro insinuó que hubo fraude electoral e impulsó protestas, algunas de ellas violentas. Hoy, con Lula ya consolidado en el poder, Brasil vuelve a vivir escenas dramáticas, aunque esta vez no en Brasilia, sino en Río de Janeiro: los recientes operativos contra el grupo narco Comando Vermelho dejaron más de 130 muertos tras duros enfrentamientos en las calles. De eso hablaremos en el Eje Central de hoy.
Hoy, además, vamos a contarte:
Donald Trump se reúne con Xi Jinping;
Bill Gates se relaja frente al cambio climático;
La IA quizás no se esté bebiendo toda el agua del planeta.
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EJE CENTRAL
Río de Janeiro Rápido y Furioso

En unos pocos segundos…
Masacre en Río: Una megaoperación policial en las favelas de Alemão y Penha dejó más de 130 muertos y 80 detenidos, en el operativo más letal de Río desde 1990. El enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y el Comando Vermelho paralizó la ciudad en vísperas de la COP30, la cumbre C40 y el Premio Earthshot.
No es la primera vez que sucede, pero sí la peor: Río de Janeiro vio operaciones similares antes de los Juegos Olimpicos y el Mundial de Futbol. Sudafrica, China, Rusia y Qatar vieron operaciones de “orden público” ante eventos internacionales de renombre.
Dimensión política y regional: El episodio profundiza la tensión entre Lula y el gobernador Cláudio Castro, que lo enmarca como una “guerra” contra el narcotráfico. La violencia expone un tablero regional en reconfiguración, con EE. UU. atacando en el Caribe y presionando a Brasil.
¿Qué pasó?
Una redada sin precedentes en las favelas de Alemão y Penha, al norte de Río de Janeiro, dejó al menos 131 muertos y 81 detenidos en el marco de una operación conjunta de la Policía Civil y Militar contra el grupo criminal Comando Vermelho. Participaron más de 2.500 agentes, que ejecutaron cien órdenes de arresto en un área de nueve millones de metros cuadrados. Los enfrentamientos de película que incluyeron helicópteros, vehículos blindados y barricadas paralizaron la zona norte de la ciudad.
Según el Grupo de Estudos dos Novos Ilegalismos de la Universidad Federal Fluminense, fue la operación más letal registrada en Río desde 1990, y la tercera de gran escala bajo la gestión del gobernador Cláudio Castro, después de las incursiones de Jacarezinho (2021) y Vila Cruzeiro (2022).
El operativo expuso, una vez más, la capacidad del crimen organizado para desafiar al Estado en el corazón urbano de Brasil. Castro, aliado de Bolsonaro, calificó el episodio como parte de una “guerra” contra el narcotráfico y acusó al gobierno nacional de no darle suficiente apoyo. Por otro lado, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo estar “horrorizado” por la cantidad de muertos, convocó a su gabinete desde Brasilia y ofreció cárceles federales para alojar a los detenidos.
El contexto agrava el impacto: Río se prepara para albergar la Cumbre Mundial de Alcaldes C40 (3–5 de noviembre) y la ceremonia del Premio Earthshot, antesala de la COP30 en Belém. Al evento en Río asistirán figuras globales como el príncipe William, el multicampeón de Fórmula 1 Sebastian Vettel y la cantante pop Kylie Minogue.
¿Por qué importa?
• Una guerra interna. El Comando Vermelho nació en las cárceles cariocas en los años 70 como grupo de protección de presos, pero evolucionó hasta convertirse en una red criminal con presencia en más de diez estados brasileños, alianzas transnacionales y un poder territorial que desafía la autoridad estatal. Su base social se consolidó en los barrios más pobres de Río, donde el Estado se retiró y el Comando ofreció seguridad, empleo e ingresos a cambio de lealtad. Según InSight Crime, la organización tejió vínculos con cárteles colombianos en los años 80 y mantuvo alianzas intermitentes con grupos narco como Primeiro Comando da Capital (PCC) y Familia do Norte, además de intercambios de armas con las FARC. La red de aprovisionamiento incluye tráfico fronterizo y desvío interno de armamento, facilitado por la liberalización de la tenencia de armas durante el gobierno de Jair Bolsonaro (2019–2022).
• La política de seguridad como espejo de polarización. La operación de Río refleja la tensión entre los modelos de seguridad de Lula y de Castro, y por extensión, entre el progresismo institucionalista y el bolsonarismo punitivo. Mientras el gobernador acusa al gobierno federal de “abandonar” al estado en su guerra contra las facciones, el Planalto aclaró que no hubo ninguna consulta ni solicitud formal de apoyo por parte de Río de Janeiro, ofreció prisiones federales para alojar a los reclusos y convocó una reunión de emergencia para coordinar la respuesta. En términos políticos, la intervención policial cumple un doble propósito: proyectar fuerza en vísperas de eventos internacionales y reposicionar la narrativa conservadora de “orden y autoridad” frente a la gestión progresista de Lula.
• Un tablero regional de seguridad en redefinición. La masacre coincide con la nueva ofensiva antidrogas que Donald Trump impulsa en el Caribe y Centroamérica, en un contexto de acercamiento entre Brasil y Estados Unidos. Washington busca reactivar mecanismos de cooperación en seguridad y presiona a Lula para sumarse a su cruzada contra las redes criminales latinoamericanas. Para Brasil, el dilema es estratégico: preservar autonomía sin parecer indiferente ante un problema que ya trasciende sus fronteras.
¿Cómo impacta?
• En Brasil. El caso del Comando Vermelho revela que la violencia urbana dejó de ser un delito aislado para transformarse en una estructura de poder paralela, que ocupa el vacío estatal en las favelas. La operación en Río exhibe un Estado a la defensiva frente a organizaciones con control territorial, economías ilícitas y apoyo social. También profundizó la tensión entre Lula da Silva y el gobernador Cláudio Castro, quien presentó la ofensiva como una “guerra” contra el narcotráfico, en sintonía con la retórica de Trump. En este clima, la reactivación del diálogo comercial con Washington añade un telón político: el gobierno intenta proyectar autoridad interna sin poner en riesgo su frágil equilibrio diplomático.
• En América Latina. La masacre de Río anticipa un escenario de internacionalización del crimen y securitización de las ciudades. Las organizaciones latinoamericanas —del Comando Vermelho al Tren de Aragua— comparten rutas, arsenales y mecanismos financieros. Drones, rifles automáticos y redes portuarias integran hoy una misma infraestructura criminal transnacional que desafía las fronteras jurídicas. El propio Fernandinho Beira-Mar, líder histórico del Comando, fue capturado en Colombia en 2001 por sus vínculos con el tráfico de cocaína y las FARC; aún desde prisión, mantiene influencia sobre la estructura del grupo.
• En Argentina, aunque el nivel de violencia no se compara con el de Río, el avance del Comando Vermelho expone una amenaza creciente. Según La Nación, la organización brasileña instaló en el país redes de lavado de dinero, tráfico de armas y apoyo logístico. La llamada Operación Crypto reveló una estructura que movió más de U$S 520 millones mediante billeteras virtuales, empresas fantasma y compra de propiedades en barrios exclusivos como Nordelta. En paralelo, se detectaron pistas clandestinas y rutas aéreas en el litoral utilizadas para narcovuelos vinculados al grupo. Ocho imputados fueron condenados por lavado, pero los principales cabecillas siguen prófugos. Zonas como Rosario o el corredor Paraná–Paraguay reproducen patrones similares al modelo brasileño, con economías ilícitas, control territorial y ausencia estatal.
¿Cómo sigue?
Todavía continúan reconociéndose los cuerpos de los más de 130 fallecidos en los enfrentamientos.
Un grupo de motoqueros convocó una protesta contra el gobierno de Río. La caravana partirá este miércoles desde las favelas hacia la sede del gobierno estadual.
En la mesa del gobierno nacional se considera militarizar zonas clave de la ciudad como puertos, aeropuertos o favelas.
Nuestra mirada en Órbita:
La operación en Río reordena la disputa política brasileña. Claudio Castro, evangélico, músico y conservador, capitaliza el frame de “orden” y se proyecta como rostro “duro” del bolsonarismo en clave de seguridad, en paralelo y en tensión competitiva con Tarcísio de Freitas en São Paulo. Para Lula, el costo es doble: cede la agenda simbólica del combate al crimen y queda atrapado entre la presión por resultados inmediatos y la defensa de estándares de derechos humanos. Si la seguridad domina el ciclo que viene, la conversación nacional la marcarán los gobernadores que muestren control territorial.
El trasfondo es regional. América Latina combina la mayor violencia letal del mundo con la mayor desigualdad, y hoy opera como un mercado integrado del crimen: redes que conectan Venezuela, Colombia y Bolivia con Brasil y el Cono Sur articulan rutas, arsenales, finanzas y mano de obra. El Comando Vermelho no es una anomalía carioca: es un nodo de esa malla. Sin inteligencia financiera, control de puertos y cooperación judicial transfronteriza, cualquier “golpe” policial se vuelve apenas un shock de superficie.
También hay geopolítica de vitrinas. Las “limpiezas” antes de grandes eventos internacionales son parte del manual contemporáneo de gobernanza urbana: mostrar control, reducir riesgos y proyectar modernidad ante el mundo. En Sudáfrica, antes del Mundial 2010, el gobierno desplazó miles de personas sin hogar y reforzó patrullajes en zonas turísticas. En China, los Juegos Olímpicos de 2008 y la Expo de Shanghái 2010 implicaron demoliciones masivas y campañas de “orden ciudadano”. En Qatar, antes del Mundial 2022, se realizaron redadas contra migrantes y se restringieron áreas públicas. En Moscú, antes de la Copa del Mundo 2018, se detuvieron vendedores ambulantes, se clausuraron bares y se multiplicaron las patrullas en barrios céntricos. Río no es la excepción: busca ofrecer una postal de seguridad en vísperas de la COP 30, el C40 y el Earthshot Prize.
El operativo se inscribe en un giro regional hacia políticas de “mano dura”, en un contexto de cooperación creciente con EE. UU. y presión por articular una agenda antidrogas continental. El benchmark de líder popular de Latinoamérica (Bukele) ha capitalizado el miedo a la inseguridad con discursos de autoridad y estrategias punitivas que, aunque brindan resultados inmediatos, consolidan la militarización civil. Ese mismo reflejo atravesó este año las contiendas presidenciales de Ecuador y Bolivia, y promete ser un driver clave en Chile, donde la seguridad volvió al centro del debate electoral.
VUELTA AL MUNDO

🇺🇸 🇨🇳 🇰🇵 Donald Trump y Xi Jinping se reunieron en el Foro Asia-Pacífico. Ambos mantuvieron un tono conciliador y destacaron la voluntad de mantener buenas relaciones. Estados Unidos reducirá algunos aranceles a cambio de que China aumente la compra de productos agrícolas. A su vez, Beijing permitirá mayores exportaciones de minerales críticos hacia Washington, que levantará ciertas restricciones comerciales a empresas chinas.
🇺🇸 La Reserva Federal de Estados Unidos bajó su tasa de interés en 25 puntos básicos, puso fin al ajuste cuantitativo y dio por cerrado el ciclo de contracción monetaria iniciado tras la pandemia. El giro de la Fed impulsa los mercados globales —especialmente los activos de riesgo y de países emergentes—, que anticipan más recortes de tasas en 2026 y una mejora en las condiciones de financiamiento internacional.
🇳🇱 Los Países Bajos celebraron elecciones generales tras la caída del gobierno de Dick Schoof. El partido de centro D66 fue el más votado y deberá formar una coalición para gobernar. Su objetivo será reunir a las fuerzas que se oponen al líder ultraderechista Geert Wilders, cuyo Partido de la Libertad quedó en segundo lugar.
🇨🇲 El presidente de Camerún, Paul Biya, fue reelegido con el 53,6 % de los votos, asegurando un octavo mandato tras más de cuatro décadas en el poder. La oposición denunció fraude y las protestas derivaron en enfrentamientos con la policía que dejaron al menos cuatro muertos.
🇻🇦 🇹🇷 🇱🇧 El Papa León realizará su primer viaje internacional como pontífice, visitando ocho ciudades, dentro de Turquía y el Líbano, bajo el lema “Paz y diálogo”. El Vaticano destacó que el viaje busca tender puentes entre el cristianismo y el islam y reforzar el compromiso de la Iglesia con Oriente Medio.
GRAVITANDO EN AMÉRICA LATINA

🇦🇷 🇺🇸 Donald Trump felicitó a Javier Milei por su “aplastante victoria” en las elecciones legislativas y afirmó que “el pueblo argentino justificó nuestra confianza en él”. Milei le agradeció el apoyo y lo definió como “un gran amigo de la República Argentina”, destacando la alianza estratégica entre ambos gobiernos frente a China, Venezuela e Irán.
🇨🇴 El senador Iván Cepeda fue elegido candidato presidencial del Pacto Histórico, con el 64 % de los votos en la consulta interna del bloque oficialista. Cepeda, figura clave del progresismo colombiano, enfrentará a la oposición en un contexto marcado por la polarización y el bajo apoyo al gobierno de Gustavo Petro.
🇨🇱 Las encuestas muestran un empate técnico entre la comunista Jeannette Jara y el candidato de derecha radical José Antonio Kast, aunque con ventaja en la primera vuelta para la candidata oficialista. El sondeo refleja un fuerte interés ciudadano en las elecciones de noviembre y un escenario abierto tras el desgaste de los partidos tradicionales.
FUERA DE ÓRBITA
De las “puertas” de un cambio climático a “relajar las expectativas”

En su reciente artículo “Three Tough Truths About Climate”, Bill Gates parece haber hecho las paces con la idea de que el mundo no alcanzará sus metas climáticas. Sostiene que, aunque el cambio climático tendrá consecuencias graves, no será el fin de la civilización, y que deberíamos concentrarnos más en mejorar la salud, la nutrición y reducir la pobreza que en cumplir con la meta de 1,5 ° Celsius. El mismo Gates que hace apenas unos años advertía en How to Avoid a Climate Disaster que debíamos llegar a “cero emisiones” de manera urgente si queríamos seguir haciendo posible la vida en la tierra. No es que Gates haya dejado de invertir: su fundación destinó 1.460 millones de dólares a proyectos de adaptación climática y su fondo Breakthrough Energy ya inyectó más de 2.200 millones en tecnologías limpias. Pero su nuevo pragmatismo llega justo con Trump en la Casa Blanca con un programa abiertamente hostil a las políticas verdes, lo que hace que su mensaje de “relajemos las expectativas” resuene, al menos políticamente, bastante oportuno.
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GRÁFICO DEL DÍA
La IA no se está “bebiendo el planeta”

Aunque los centros de datos consumen cada vez más agua para enfriar sus servidores, su impacto total sigue siendo marginal frente a industrias como la minería, las fugas domésticas o los campos de golf. El debate sobre la huella hídrica de la inteligencia artificial necesita más contexto… y menos pánico.

